\u00bf\u00a1QUI\u00c9N DE NI\u00d1O O NI\u00d1A NO SE ASUST\u00d3 TERRIBLEMENTE CON EL CUENTO DE MAR\u00cdA ANGULA?\u00a0\u00a0 \u00a1NO SE LES PUSIERON LOS PELOS DE PUNTA Y EL MIEDO CORR\u00cdA POR TODA LA PIEL CUANDO, A OSCURAS, LES CONTABAN LA LEYENDA? \u00a0\u00a0A cuidarse que el muerto se los puede llevar\u2026. T\u00e1pense los pies porque de los tobillos es que halan los muertos!!<\/p>\n

Dec\u00edan los m\u00e1s viejos que all\u00e1 en su pueblo, viv\u00eda una chica joven, que en lugar de aprender a lavar, a planchar, a cocinar, a coser, a remendar, a limpiar, andaba chivateando con los muchachos y despreocupadamente se divert\u00eda subi\u00e9ndose a los \u00e1rboles, nadando en el r\u00edo, armando cometas.<\/p>\n

Mar\u00eda Angula se enamor\u00f3 y se cas\u00f3, como todas las jovencitas en aquella lejana \u00e9poca.\u00a0 Mar\u00eda Angula no quer\u00eda que su marido supiera que ella no sab\u00eda cocinar nada de nada, por eso, cada ma\u00f1ana le preguntaba dulcemente, – \u00bfQu\u00e9 quieres comer mi amor? Y\u00a0 \u00e9l le dec\u00eda, quiero sango de camarones, quiero meloso de pato, quiero una sopa de costillas.-\u00a0 Ella, apenas \u00e9l desaparec\u00eda por la puerta, corr\u00eda donde su vecina y le preguntaba, c\u00f3mo se hace el sango de camarones y luego que escuchaba con atenci\u00f3n contestaba: – Ah, as\u00ed mismo lo hago yo, ya lo sab\u00eda.-\u00a0 Y corr\u00eda a su casa a aplicar la receta de inmediato.-\u00a0 Cada d\u00eda, suced\u00eda la misma cosa con los diferentes platos que se le antojaban a su marido.-\u00a0 La vecina se estaba cansando de esta Mar\u00eda Angula, mentirosilla, que se hac\u00eda la sabihonda culinaria y no aceptaba con agradecimiento y humildad sus indicaciones.\u00a0 La vecina pens\u00f3 en darle una lecci\u00f3n.-\u00a0\u00a0 El d\u00eda fue propicio para la dulce venganza cuando al marido de Mar\u00eda Angula se le antoj\u00f3 comer un buen sancocho con hueso blanco de canuto.-<\/p>\n

Ese d\u00eda, como todos los d\u00edas, Mar\u00eda Angula vol\u00f3 a casa de su vecina ni bien su marido cerraba la puerta, para preguntarle c\u00f3mo se hace el sancocho blanco.-\u00a0 Mira, -dijo la vecina- ese caldo lleva un hueso super especial dif\u00edcil de conseguir.\u00a0 Tienes que ir al cementerio y sacarle el hueso de la pierna al muerto m\u00e1s reciente; cuando lo tengas, lo haces hervir muchas horas, con\u00a0 ajo, cebollas, despu\u00e9s le agregas el choclo, yuca, pur\u00e9 de verde. -Ah\u00a1\u00a1 dijo Mar\u00eda Angula, eso era?\u00a0 Yo tambi\u00e9n lo hago as\u00ed, claro, no me acordaba, me sale muy rico.-\u00a0 Se despidi\u00f3 de su vecina y vol\u00f3 al cementerio, busc\u00f3 la tumba m\u00e1s fresca, desenterr\u00f3 al muerto y, claro, casi se muere del susto al ver su cara; pero, venci\u00f3 el deseo de cumplirle a su marido a su terror: cort\u00f3 la pierna del muerto, reban\u00f3 la carne y sali\u00f3 corriendo con su hueso largo,\u00a0 que puso a hervir con ali\u00f1os, cebolla, pimiento para hacer un delicioso caldo.-\u00a0\u00a0 El marido esa tarde, alab\u00f3 el delicioso sancocho.<\/p>\n

Esa noche, al llegar a la media noche, un ruidito perturbador, una niebla helada rodeaban la casa y una voz que gem\u00eda y tronaba al mismo tiempo, comenz\u00f3 a llamar: \u2026.. Mar\u00eda Angula\u2026. Mar\u00eda Angula\u2026. Mar\u00eda Angula —- Mar\u00eda Angula\u2026\u2026 devu\u00e9lveme el hueso que te me robaste.-\u00a0 Mar\u00eda Angula\u2026. Mar\u00eda Angula\u2026.. devu\u00e9lveme el hueso que te me robaste.\u00a0 Mar\u00eda Angula estaba aterrada mientras ve\u00eda dormir pl\u00e1cidamente a su marido.-\u00a0 Estos gemidos y ruegos l\u00fagubres acompa\u00f1ados de ruidos fantasmales, se repet\u00edan cada noche mientras la niebla entraba en la casa y se hac\u00eda m\u00e1s espesa, a tal punto que Mar\u00eda Angula la sent\u00eda y trataba de despeg\u00e1rsela de su piel.\u00a0 Esta historia se repiti\u00f3 una noche, y otra noche, y otra noche.- Mar\u00eda Angula, Mar\u00eda Angula, devu\u00e9lveme el hueso que te me robaste dec\u00eda fantasmalmente la niebla que se filtraba por las ventanas de baraja, enloqueciendo a Mar\u00eda Angula que, con toallas y trapos pretend\u00eda tapar todas las rendijas, por las que se colaba el esp\u00edritu del muerto.<\/p>\n

Mar\u00eda Angula se puso flaca, ojerosa pues ya no dorm\u00eda ni de noche ni de d\u00eda.-\u00a0 Al quinto d\u00eda, el marido no encontr\u00f3 a Mar\u00eda Angula en la cocina, ni en la cama ni en ning\u00fan lugar de la casa, ni en el patio ni donde la vecina ni en el pueblo:\u00a0 el muerto se la hab\u00eda llevado.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Tradicional cuento de terror que se contaba en las noches, cuando se apagaban las l\u00e1mparas de kerosene que era lo \u00fanico que alumbraba las noches sin luna en el campo. <\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":598,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":[],"categories":[2],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/593"}],"collection":[{"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=593"}],"version-history":[{"count":1,"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/593\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":594,"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/593\/revisions\/594"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/598"}],"wp:attachment":[{"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=593"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=593"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=593"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}