El Tin Tin<\/strong><\/p>\n

El Tin Tin es un duende, un enanito con un sombrero muy pero muy grande, que le tapa su grand\u00edsima cabeza hasta los enormes ojos; lleva vestimenta estrafalaria que le tapa su desproporcionado miembro viril.\u00a0 Es un enamorador empedernido y, m\u00e1s que enamorador, un lujurioso empedernido. Pierde la cabeza por cualquier mujer, soltera o casada; pero, cuando ve a una con el pelo largo suelto y bien cejona, se vuelve loco.\u00a0 Toca muy bien la guitarra y con su m\u00fasica enamora a las muchachas que lo escuchan.<\/p>\n

\u00a0 \u00a0El Tin Tin deambula por las huertas de cacao; se esconde entre las sombras para sorprender y llevarse a una chica y \u00a0hacer el amor con ella. A veces es tan osado que, aprovechando las noches oscuras en las que s\u00f3lo la mortecina luz del candil alumbra la mesa de la familia campesina, se manda una serenata al pie de la casa mientras hace una p\u00f3cima con las campanas de la Adormidera cuya fragancia envuelve en somnolencias a los habitantes.\u00a0 As\u00ed aprovecha para llevarse a una o dos mujeres de la casa.<\/p>\n

Eran los tiempos en que las mujeres no sal\u00edan de la casa pero, de repente, les empezaba a crecer la barriga y ellas juraban que no hab\u00edan estado con nadie.\u00a0 \u2013La embaraz\u00f3 el Tintin, dec\u00edan las viejas chismosas.-\u00a0 As\u00ed el Tintin era el padre de muchos ni\u00f1os feos pero galantes.<\/p>\n

Esta historia nos contaba una vieja criada, para que regresemos a la casa antes de la ca\u00edda del sol, cuando en las tardes nos \u00edbamos a ba\u00f1ar al r\u00edo y ten\u00edamos que cruzar m\u00e1s de medio kil\u00f3metro de huertas de cacao.\u00a0 Yo ten\u00eda un pelo muy largo y, aunque no pasaba de los once a\u00f1os, corr\u00eda como despavorida por esas huertas, con mi largo pelo suelto y mojado, cuando por andar chivateando en el r\u00edo Buenavista, nos olvid\u00e1bamos de la hora de regreso a casa.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Cuento de miedo que contaban las viejas para tener sujetas a las ni\u00f1as <\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":602,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":[],"categories":[2],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/595"}],"collection":[{"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=595"}],"version-history":[{"count":3,"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/595\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":604,"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/595\/revisions\/604"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/602"}],"wp:attachment":[{"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=595"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=595"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"http:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=595"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}