Coplas en el entierro de Lobo
EL ENTIERRO DE LOBO
COPLAS CAMPESTRES
Mientras sopla un viento frio,
Entre ciruelas muy rojas
Y palos de grosellas, tristes,
Se entierra Lobo.
Lobo fue de alta estirpe
Gran estampa y bello andar
Fue un leal y muy querido
Perro Pastor alemán.
Hay música de hojas al viento,
Ojos tristes de Princesa
Y el tam, tam, sepulturero
De palas y de barretas.
Lobo fue Rey y Señor
Ningún macho osó ser su par.
El era un gran don Juan,
A todas las perras amó.
El prado está florecido
Con girasoles y rosas,
Jacarandas, buganvillas,
Muyuyos y bototillos
Muy gentil con los niñitos
Soportaba sus caricias
Jugaba con sus pelotas
No le gustaba nadar.
El aire está perfumado
De flor de maracuyá
De cacao fermentado
De mangos y de romero
Siempre odió los uniformes
De guardias o barrenderos
Intuía los quereres
Y ladraba a los más feos.
De guayacanes floridos,
De laureles de la gloria,
De moradas jacarandas
Y blancas adormideras
De Cristi, gran compañero,
Gozó sus últimos años
Junto a ella y el Estero
De refrescantes paseos.
La abuela triste y serena
Recia y de mirada austera
Nostalgia y melancolía
De otras eras risueñas.
Lobo tenía apellidos
Era Castro Calderón
Pues su madre y criadora
Era una madre soltera
Cavó su tumba Guiovany
Jorge lo amortajó
Nelly plantó su jardín
La abuela supervisó
Guáchara ha quedado su niña
Se quedó sin su hijo-perro
Qué soledad la de su alma
No logra tener consuelo.
Donde quedan sus despojos
Se plantó un verde jardín
En el sitio donde el Lobo
Fue muchas veces feliz.
La abuela ayuda al entierro
Pero sufre doble luto
La eterna ausencia de Lobo
Y el dolor de su pequeña Nena.
Ay! Que está triste mi niña
Ay! Que me muero de pena
Ay, que el Lobo se ha ido
Pero … la vida es buena.