EL FRESCO DE DON SILVERIO<\/p>\n

Se pierde en el recuerdo de los guayaquile\u00f1os de anta\u00f1o,\u00a0 cu\u00e1ndo vivi\u00f3 don Silverio Ponce en esta ciudad.\u00a0 Lo cierto es que se sab\u00eda que era un hombre muy rico y con\u00a0 fama de avaro.\u00a0 Pose\u00eda haciendas y atesoraba libras esterlinas, soles de oro, moneda extranjera; pero, en su casa se viv\u00eda muy frugalmente.\u00a0 El desayuno, se serv\u00eda a las cinco de la ma\u00f1ana y en punto a las once el almuerzo, para merendar a las cinco y as\u00ed pronto, \u00a0a la camita para no necesitar alumbrarse y ahorrar en kerosene o aceite de las l\u00e1mparas.<\/p>\n

Don Silverio ten\u00eda una familia grande, tres hijos y cuatro hijas.\u00a0 A las jovencitas les encantaba tomar los \u201cfrescos\u201d de hielo raspado con esencias de rosa, menta, tamarindo, leche, pi\u00f1a.\u00a0 Cuando las ni\u00f1as le ped\u00edan que las lleve a tomar los famosos refrescos, don Silverio las animaba a guapearse y muy orgulloso las llevaba al Malec\u00f3n para que recibieran la brisa del r\u00edo.\u00a0 Las chicas le protestaban: – Pero pap\u00e1, y el fresco que nos prometi\u00f3?\u00a0\u00a0 Y \u00e9l, orondo contestaba: – No est\u00e1n recibiendo este rico fresco del r\u00edo? \u00a0Aprovechen, ni\u00f1as, disfruten del mejor fresco del mundo, el del R\u00edo Guayas.\u00a0 No hab\u00eda nada m\u00e1s que hacer.<\/p>\n

Desde entonces, el \u201cFRESCO DE DON SILVERIO\u201d se hizo famoso y se convirti\u00f3 en leyenda.<\/p>\n

Muchas tardes de domingo, cuando sal\u00edamos a pasear tambi\u00e9n por el Malec\u00f3n y nuestros padres no nos compraban alguna golosina, pregunt\u00e1bamos, -\u00a1Qu\u00e9, s\u00f3lo nos van a dar el Fresco de Don Silverio? \u00a0Nuestros padres re\u00edan y, ganados por nuestro ingenio, satisfac\u00edan nuestros infantiles deseos.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

EL FRESCO DE DON SILVERIO Se pierde en el recuerdo de los guayaquile\u00f1os de anta\u00f1o,\u00a0 cu\u00e1ndo vivi\u00f3 don Silverio Ponce en esta ciudad.\u00a0 Lo cierto es que se sab\u00eda que era un hombre muy rico y con\u00a0 fama de avaro.\u00a0 Pose\u00eda haciendas y atesoraba libras esterlinas, soles de oro, moneda extranjera; pero, en su casa…<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":320,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":[],"categories":[1],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/264"}],"collection":[{"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=264"}],"version-history":[{"count":4,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/264\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":321,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/264\/revisions\/321"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/320"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=264"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=264"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=264"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}