EL MONO DE SAN JER\u00d3NIMO DE CHONG\u00d3N<\/p>\n

El santo en el altar y el mono en el pedesta<\/strong>l<\/p>\n

Hace muchos a\u00f1os, muchos a\u00f1os, el bosque tropical seco que circunda la parroquia Chong\u00f3n de nuestra ciudad, era el h\u00e1bitat de animales muy lindos y amigables, que hoy est\u00e1n en peligros de extinci\u00f3n como, monos, venados, loros, guacamayos, pacharacas, guantas, armadillos.<\/p>\n

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Los antiguos habitantes, les daban a algunos, caracter\u00edsticas divinas y hac\u00edan im\u00e1genes de ellos\u00a0 y les rend\u00edan reverencia. \u00a0\u00a0As\u00ed, en Chong\u00f3n, los nativos hab\u00edan tallado un mono en piedra, a quien ten\u00edan en el centro de la plaza y lo reverenciaban pidi\u00e9ndole favores y milagros.<\/p>\n

Despu\u00e9s de la fundaci\u00f3n definitiva de Guayaquil, despu\u00e9s de 1547, los espa\u00f1oles extendieron sus asentamientos y llegaron a Chong\u00f3n.\u00a0 Llegaron con curas dominicanos que tra\u00edan su santo de madera: San Jer\u00f3nimo.\u00a0\u00a0 Aunque San Jer\u00f3nimo fue un hombre sumamente importante para el catolicismo pues fue traductor de la Biblia al lat\u00edn, literato, hombre asc\u00e9tico que viv\u00eda en cuevas entre bestias salvajes, no inspiraba absolutamente nada a los nativos que no se identificaban con \u00e9l ni en el ropaje.<\/p>\n

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Los nativos, \u00e1vidos de Dios vivo, pronto se convirtieron al cristianismo y eran muy devotos.\u00a0 Sin embargo, manten\u00edan un nexo importante con su Mono de piedra, a quien jam\u00e1s dejaron de reverenciar y, cuando necesitaban un favor, luego de ped\u00edrselo, para que se cumpliera, le besaban el rabo.<\/p>\n

Disgustados los dominicos con esta arraigada costumbre de los nativos, de primero besar el rabo del mono y luego entrar a la Iglesia para postrarse delante de San Jer\u00f3nimo, decidieron sacar al mono y abandonarlo\u00a0 bosque adentro para que se perdiera entre las malezas y lianas que se enmara\u00f1an entre los \u00e1rboles.\u00a0 Llamaron a los soldados para ejecutar la tarea.<\/p>\n

Para sorpresa de los frailes, los nativos que parec\u00edan tan piadosos, dejaron de ir\u00a0 a la Iglesia a la que s\u00f3lo acud\u00edan soldados espa\u00f1oles.-\u00a0 As\u00ed pas\u00f3 un tiempo y, una ma\u00f1ana, al entrar a la Iglesia, fray Baltazar de la Cava, vio con sorpresa que \u00a1San Jer\u00f3nimo hab\u00eda desaparecido\u00a1<\/p>\n

Despu\u00e9s de intensa b\u00fasqueda, los soldados encontraron al santo, junto al mono en el mismo sitio donde lo hab\u00edan dejado.\u00a0 Los soldados regresaron con mono y Jer\u00f3nimo.<\/p>\n

Los nativos hicieron fiesta y volvieron a copar la Iglesia pero, siempre pasaban primero, besando el rabo al mono.<\/p>\n

Despu\u00e9s de tanta pr\u00e9dica, el fraile crey\u00f3 que ya hab\u00eda una madurez cristiana como para desaparecer otra vez al mono.\u00a0 As\u00ed, una noche, \u00a0orden\u00f3 llevarse al mono y enterrarlo \u00a0en un profundo pozo, casi por lo que hoy es Daular. \u00a0Y otra vez, pese a las seguridades del templo, San Jer\u00f3nimo volvi\u00f3 a desaparecer. Las puertas no hab\u00edan sido forzadas y los guardias no hab\u00edan visto nada.<\/p>\n

Sin la protecci\u00f3n de San Jer\u00f3nimo ni la del mono, la desolaci\u00f3n se apoder\u00f3 de Chong\u00f3n.<\/p>\n

El m\u00e1s triste de todos, \u00a0fray Baltazar, quien iluminado por un \u00e1ngel, acudi\u00f3 al pozo e hizo desenterrar al santo y al mono.<\/p>\n

Desde entonces, \u00a0los comuneros y la Iglesia tienen una convivencia arm\u00f3nica: El santo en el altar y el mono en el pedesta<\/strong>l, afuera de la iglesia.<\/p>\n

Si van a Chong\u00f3n, encontrar\u00e1n al Mono y a San Jer\u00f3nimo, cada quien en su puesto: Juntos pero no revueltos.<\/p>\n

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