COMAN PAREJO, COMAN PAREJO<\/strong><\/p>\n

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\u00a1Arroz, menestra y carne! \u00a1Qu\u00e9 casa bien guayaca, sea en el campo o en la ciudad, a partir de las seis de la tarde no estaba perfumada con los olores de una menestra y de una carne asada o frita? Mi amigo Felipe dec\u00eda, -mientras m\u00e1s como arroz con menestra, m\u00e1s me gusta! Y as\u00ed era, nadie se cansaba del \u201carroz, menestra y carne\u201d que casi siempre tambi\u00e9n iba acompa\u00f1ado de alg\u00fan pastelillo de verde, yuca o ma\u00edz. La menestra siempre iba variada, frejol cholo, frejol blanco, frejol bayo, frejol panamito, frejol bol\u00f3n, lentejas.<\/p>\n

Do\u00f1a Felicia era una cocinera que ten\u00eda que atender a unos quince comensales por lo menos, que merendaban en casa de mi abuela.-\u00a0 Cada uno recib\u00eda su planto de arroz, menestra y carne, bien despachado pero, sab\u00edan que do\u00f1a Felicia no cocinaba para 15 sino para unos cuantos m\u00e1s.-<\/p>\n

-Do\u00f1a Felicia, un poquito m\u00e1s de menestra, f\u00edjese que me queda arroz solo y un pedacito de carne.\u00a0 La do\u00f1a contestaba \u2013 Coman parejo, muchachos, coman parejo! \u00a1No s\u00f3lo lo que les gusta! Refunfu\u00f1aba. Y bueno, all\u00ed iba otro cuchar\u00f3n de menestra, para que se relama de gusto el goloso.<\/p>\n

-Do\u00f1a Felicia, un poquito m\u00e1s de arroz, f\u00edjese que me queda menestra y sin arroz, parece viuda, quer\u00eda hacer bromas Tom\u00e1s, quien siempre dec\u00eda: -Habiendo arroz, aunque no haya Dios. Do\u00f1a Felicia, alzando los ojos al cielo dec\u00eda:\u00a0 -Coman parejo, muchachos, coman parejo! No s\u00f3lo el arroz, sino todo junto.- Pero, all\u00ed iba otro cuchar\u00f3n de arroz.-<\/p>\n

-Do\u00f1a Felicia, no me alcanz\u00f3 la carne, me sobr\u00f3 arroz y menestra; otro pedacito, no sea malita! Dec\u00eda zalamero don Pancho mientras le arrojaba un beso volado.\u00a0 -Ah no muchacho, tengo los pedazos contados!\u00a0 Se hac\u00eda la dif\u00edcil: -Ya les he dicho, coman parejo, coman parejo! Amenazaba con el cuchar\u00f3n, pero, por all\u00ed\u00a0 aparec\u00eda un pedacito m\u00e1s de carne, que la querida cocinera lo deslizaba en el plato del pedig\u00fce\u00f1o.<\/p>\n

Do\u00f1a Felicia, eso s\u00ed, no permit\u00eda que se deje nada en el plato, -Ni la pol\u00edtica, dec\u00eda.-<\/p>\n

Con tanta recomendaci\u00f3n de Coman Parejo, cre\u00edamos que realmente no sobraba nada en la noche, aunque Felicia, siempre picarona, gui\u00f1ando el ojo dec\u00eda: El que parte y reparte y en el partir tiene tino, se queda de continuo con la mejor parte.<\/p>\n

Lo cierto es que, todas las ma\u00f1anas, el olor del calentado se met\u00eda por debajo de las s\u00e1banas lo que obligaba a correr a la mesa donde se encontraba el delicioso\u00a0 \u201ccalentado\u201d justamente del arroz y la menestra que hab\u00eda sobrado de la noche anterior.- \u00a1Qu\u00e9 delicia\u00a1 Con una buena y humeante taza de caf\u00e9 pasado y endulzado con panela.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

COMAN PAREJO, COMAN PAREJO   \u00a1Arroz, menestra y carne! \u00a1Qu\u00e9 casa bien guayaca, sea en el campo o en la ciudad, a partir de las seis de la tarde no estaba perfumada con los olores de una menestra y de una carne asada o frita? Mi amigo Felipe dec\u00eda, -mientras m\u00e1s como arroz con menestra,…<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":313,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":[],"categories":[9,1],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/311"}],"collection":[{"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=311"}],"version-history":[{"count":2,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/311\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":314,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/311\/revisions\/314"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/313"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=311"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=311"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=311"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}