EL AMOR Y EL DIABLO: Por la muerte de do\u00f1a Panchita<\/strong><\/p>\n

Pascuala era una muchacha flacuchenta, calladita, que no miraba de frente. Se diferenciaba de las dem\u00e1s muchachas, que eran todas de piel cobriza bien templada, fuertes y avezadas, pues ella era blanquinosa \u2013como dir\u00eda mi abuelita- con un pelito claro, a quien s\u00f3lo le encomendaban labores f\u00e1ciles pues daba la impresi\u00f3n de ser muy fr\u00e1gil.\u00a0 Genaro era el mozo m\u00e1s guapo de la comarca, se cruzaba el r\u00edo en un par de brazadas, bland\u00eda el machete con tanta destreza que en una ma\u00f1ana desmontaba una cuadra, andaba a caballo a pelo y de paso, tocaba la guitarra para cantar pasillos.<\/p>\n

Hab\u00eda muerto do\u00f1a Panchita, la tendera del lugar y, todos los lugare\u00f1os se trasladaron al velorio dispuestos a amanecerse pues, por la importancia de la difunta, de ley habr\u00eda aguado de gallina, buen caf\u00e9, queso y rosquitas.\u00a0 Pero, no s\u00f3lo hubo comida, sino que los hombres y tambi\u00e9n algunas do\u00f1as, tuvieron trago a discreci\u00f3n para \u201cpoder aguantar la madrugada\u201d.<\/p>\n

A las cinco de la ma\u00f1ana que empezaba la retirada, ni Pascuala ni Genaro aparec\u00edan. \u00a0Pascuala era sobrina de la Panchita y hab\u00eda estado encargada del reparto del caf\u00e9. Los buscaron todo el d\u00eda y nada. Se asomaron despu\u00e9s del entierro, anunciando que se hab\u00edan juntado. Llanto de la familia de Pascuala, llanto de la madre de Genaro, llanto de todas las chicuelas del pueblo.<\/p>\n

A la semana de aquel suceso, todav\u00eda se hablaba en el pueblo: -qui\u00e9n creyera que la Pascuala y Genaro!- murmuraba Petita.\u00a0 -Tan distintos el uno del otro!- dec\u00eda Mabeli.\u00a0 Habiendo tanta muchacha guapa en edad de merecer!-comentaba Paz.\u00a0 Mi abuela que las escuchaba dijo: – Ay chicas, no se admiren; Uds. saben que el hombre es fuego, la mujer estopa, viene el diablo y los sopla. Todas se carcajeaban pues precisamente \u201cEstopa\u201d le dec\u00edan a Pascuala por el parecido de su pelo a la estopa de cabuya. Claro que despu\u00e9s se persignaban por s\u00ed acaso el diablo tambi\u00e9n quisiera darles un soplido.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Dichos del diablo en la zona rural de la costa ecuatoriana <\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":587,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":[],"categories":[9],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/585"}],"collection":[{"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=585"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/585\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":588,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/585\/revisions\/588"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/587"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=585"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=585"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/blog.ceciliacalderon.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=585"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}