Los ciudadanos tenemos obligaci\u00f3n de rememorar \u00a0 el doloroso episodio, cuando las calles de Guayaquil, el 15 de noviembre de 1922, fueron\u00a0 el\u00a0 l\u00fagubre escenario de la muerte a mansalva de sus obreros,\u00a0 identificados con la lucha por reivindicaciones de su labor diaria.<\/p>\n

Las movilizaciones de trabajadores protestando contra un gobierno que no tomaba en cuenta sus derechos laborales comenzaron en octubre de 1922. La primera semana\u00a0 de noviembre\u00a0 fue su punto cr\u00edtico, cuando al radicalizarse\u00a0 la huelga surgi\u00f3 el apoyo de otros sectores de trabajadores y obreros.<\/p>\n

Con Guayaquil a oscuras y sus mercados sin provisiones, la huelga general se hizo m\u00e1s\u00a0 fuerte y,el 15 de noviembre, la Fuerza P\u00fablica abri\u00f3 fuego contra\u00a0 cacahueros, carpinteros, panaderos, alba\u00f1iles,\u00a0 peluqueros, ferroviarios, lavanderos, trabajadores el\u00e9ctricos, que ped\u00edan la\u00a0\u00a0 libertad de sus\u00a0 l\u00edderes detenidos.<\/p>\n

Los carabineros, apostados en calles, portales y casas, disparaban sin cesar. La desesperaci\u00f3n hizo presa, porque\u00a0 mientras algunos pugnaban por ingresar a almacenes en busca de armas para defenderse, otros auxiliaban a sus compa\u00f1eros.<\/p>\n

Cientos de obreros cayeron\u00a0 y sus cad\u00e1veres fueron arrojados al\u00a0 Guayas, r\u00edo que se convirti\u00f3 en su \u00faltima morada y por ello la costumbre de\u00a0 la gente del pueblo que en peregrinaci\u00f3n anual lanza cruces y coronas a esas aguas.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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