HORMIGUITA Y RATÓN PÉREZ
HORMIGUITA Y RATÓN
Recuerdo aún a mi abuelita, sentada en la hamaca, con los tres nietos encima, cantando despacio: “La hormiguita y ratón Pérez se casaron una vez, ella buena y agenciosa y él un gran trabajador. Roe, roe, que te roe, la hormiguita y el ratón.….” No recuerdo más pues no volví a escuchar esta canción. ¡Nunca entendí cómo las hormigas, con tan buena fama de trabajadoras, dulces, se podían enamorar de los ratones! Aunque éstos se llamen Pérez, son feítos, se roban la comida, pueden trasmitir enfermedades, en fin, ¡Son asquerosos! Y han sido y son un dolor de cabeza en las cocinas de campo.
Lo cierto es que mi abuelita como que tenía predilección por las hormigas aunque a las arrieras les hacía la guerra en el jardín, así, a Beatriz, la pequeñita de la casa, le decía que era tan dulce que se la iban a comer las hormigas. A mi abuelita le encantaban los cuentos que eran canciones, y se sabía otra de éstos sobre la singular pareja de la Hormiguita y Ratón; éste sí que me lo aprendí y se lo he enseñado a mis nietos:
“Al barrer una hormiguita, un centavo se encontró y con él un lazo rojo muy contenta se compró; se lo puso en la cabeza y en la puerta se sentó; y al mirarla tan bonita, un borrego se acercó.
¿Te quieres casar conmigo? – preguntó con dulce voz. –No me gusta tu balido, la hormiguita contestó. Vino el toro y el conejo y el gallito cantador. Y a ninguno le hizo caso hasta que llegó el ratón. Ratón Pérez se llamaba, ese sí que le gustó. Y en el acto se casaron, la hormiguita y el ratón.
Y vivieron muy felices hasta que el ratón se ahogó. En una olla grande de dulce, por goloso y por glotón”
Lo cierto es que el Ratón, en la realidad repugnante, en el cuento era una maravilla, casi mágico puesto que Ratón Pérez era quien traía un regalo, casi siempre una moneda, a aquellos niños que se les caían los dientes, siempre y cuando los pusieran debajo de la almohada. El dolor del jalón del diente amarrado con un hilo al pomo de una puerta, se disipaba después de hacer las gárgaras de agua con sal, pensando en la Ayora que nos dejaría el Ratón Pérez debajo de la almohada.
Un comentario
Yo también me se esa canción! Con una que otra palabra diferente pero básicamente lo mismo!!!